Salud Femenina

Cardiología con perspectiva de género: cómo la enfermedad cardiovascular afecta diferente a las mujeres

La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en mujeres en todo el mundo, con aproximadamente el 35% de los casos. Según la actualización estadística de enfermedades cardíacas y derrames cerebrales de 2025, de la American Heart Association, el 45% de las mujeres mayores de 20 años tienen algún tipo de enfermedad cardiovascular.

Además, en Estados Unidos cada 34 segundos muere una persona por esta causa, lo que equivale a casi 2,500 fallecimientos diarios. Según el Instituto de Estadìstica (INE) en Europa el 49% de las mujeres mueren debido a una enfermedad cardiovascular. En España una mujer fallece cada 8 minutos por esta causa.

En nuestro país no es muy diferente, según datos de 2019, se reportaron 27,139 fallecimientos por enfermedades cardiovasculares, lo que equivale al 38.5% del total de muertes (Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE), 2024). Esto representa un promedio de aproximadamente 74 muertes diarias. Las mujeres tienen más probabilidades de morir por un infarto que los hombres y hasta cinco veces más por enfermedad cardíaca que por cáncer de mama. Según las últimas estadísticas, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en mujeres, mientras que en los hombres lo es el cáncer. 

En edades avanzadas, el infarto de miocardio es tres veces más común en hombres que en mujeres. Sin embargo en menores de 65 años su incidencia está aumentando. Esto se debe a un tipo de infarto sin obstrucción de arterias (MINOCA) y la disección coronaria espontánea, una condición en la que las capas de la pared arterial se separan debido a una rotura o desgarro de causa desconocida. Se estima que hasta el 30% de los infartos de miocardio en mujeres por debajo de los 60 años son causados por una disección coronaria espontánea. 

Existen diferencias importantes en el corazón de la mujer con respecto al del hombre. Además de los factores de riesgo clásicos – hipertensiòn, diabetes, sedentarismo, tabaquismo, obesidad, hipercolesterolemia – más prevalentes en edades avanzadas, hay otros que pueden afectar a su salud cardiovascular femenina a lo largo de su vida. Por ejemplo, las complicaciones del embarazo, como los trastornos hipertensivos, pueden cuadruplicar el riesgo de padecer insuficiencia cardiaca e hipertensión y duplicar el riesgo de enfermedad isquémica del corazón, accidentes cerebrovasculares y muerte cardiovascular. También, la diabetes gestacional se asocia con el doble de riesgo de eventos cardiovasculares futuros. La disminución de los niveles de estrógenos en la menopausia se relaciona con alteraciones en la función vascular, como cambios en los niveles de colesterol y en la composición corporal, con un incremento de la grasa abdominal. No obstante, algunos tratamientos hormonales también pueden afectar la función cardiovascular. 

Otras condiciones propias de la mujer, que también se relacionan con un incremento del riesgo cardiovascular, incluyen las alteraciones de los patrones menstruales, afecciones asociados con la fertilidad; como el síndrome de ovario poliquístico o la endometriosis. Las mujeres con insuficiencia ovárica prematura (pérdida de la función ovárica antes de los 40 años) tienen menor esperanza de vida en comparación con aquellas con menopausia tardía, debido al impacto en la salud cardiovascular y òsea. 

De hecho, cada año de menopausia temprana se asocia con un incremento del 3% en el riesgo cardiovascular. Los abortos de repetición pueden aumentar el riesgo de enfermedad isquémica del corazón. Asimismo, las mujeres con antecedentes de parto prematuro tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en la vejez. 

Por otro lado, el uso de anticonceptivos orales aumenta el riesgo de trombosis venosa, infarto y accidentes cerebrovasculares, especialmente en mujeres con otros factores de riesgo, como el tabaquismo. Además de otros factores más frecuentes en la mujer como los trastornos del ánimo, en especial la depresión, así como las enfermedades autoinmunes pueden afectar significativamente la salud cardiovascular. 

Hay muchas medidas para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas en las mujeres, pero lo más importante es que ellas mismas reconozcan el problema. Comprender los cambios hormonales a lo largo de su vida es clave para la prevención. IC.

Por:
Dra Nilvia Castillo Presbo
Cardióloga


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